Historia Castell de Guadalest
En este post sobre el Tour Virtual del Castell de Guadalest vamos a completar el trabajo realizado. Con ello quedan al alcance de todos aquellos datos históricos que documentan el Castell de Guadalest.
Sin poseer conocimientos exactos y contrastados del poblamiento del Valle de Guadalest anterior a la época musulmana. Ciertamente podemos fechar la fortificación actual que observamos el municipio del Castell de Guadalest. Con total seguridad los restos más antiguos pertenecen al s.XI. Esta época que se caracteriza por las continuas luchas entre almohades y almorávides contra la población que ocupadora desde la Conquista (711 d. C.).
Entrado el s. XIII el Rey D. Jaime I de Aragón y sus tropas finalizan la conquista de este valle del Levante español, procediendo a instaurar una repoblación selectiva, de la que tenemos constancia en el Llibre del Repartiment. Ochenta y dos adjudicatarios que se instalan en el valle de Guadalest, pero las revueltas moriscas propiciadas por el Caudillo Al-Azraq, hacen de los castillos un elemento de dominación sobre la población sometida. El Castell de Guadalest permanece bajo la tutela de la Corona de Aragón.
Al-Azraq
Como resultado de la refeudalización tras la derrota de Al-Azraq, junto a la ampliación de los dominios de Bernat de Sarriá, hijo de Vidal, hace que el castillo de Guadalest pase a sus manos. Tras su muerte y sin sucesores, la propiedad vuelve a la Corona.
Concretamente el año 1543, Carlos V concede el Marquesado de Guadalest a D. Hugo Folch de Cardona. La Familia Orduña, originaria de Vizcaya, ya se hallaba asentada en el Reino de Valencia. Puesto que había venido acompañando al infante Fortuna de Navarra durante la Conquista cristiana.
Desde el s. XVI, la Familia Orduña, tiene vínculos con el Castell de Guadalest, en los que los sucesivos Marqueses depositan la confianza , llegando a ocupar cargos de relevancia en la casa marquesal.
Los Orduña y El Castell de Guadalest
Los Orduña, una familia al servicio de los Cardona, entran en la historia del Valle de Guadalest en el siglo XVI. Actúan como agentes del Marquesado y ocupan distintos cargos de importancia: llegando a ser alcaides de Guadalest, gobernadores del señorío, personajes “electos” de la Villa.
Por ello con la reconquista los Orduña consolidaron su prestigio y su poder; siendo el inicio de su posicionamiento social. En 1644, y tras un gran terremotose derruye el ala oeste del Castillo de San José.
Tras este episodio los Orduña solicitan permiso a los Marqueses para comprar espacio entre las peñas y la iglesia parroquial y construir en el su casa solariega.
Cronología
Con toda seguridad la casa es levantada en el s. XVII y es habitada hasta entrado el siglo XX. Al fallecimiento sin descendencia de Carlos Mª de Torres y de Orduña la propiedad pasa a manos de los hijos de su sobrina Dª Mª Concepción Abargues y Torres casada con D. Juan Cabrera y Bertomeu.
Por ello y debido al excelente clima los titulares la disfrutan principalmente como casa de verano, hasta que el Ayuntamiento y por suscripción popular adquiere la propiedad.
Con certeza en la década de los sesenta, El Castell de Guadalest, fue descubierto por el turismo internacional. Una nueva etapa se abrió en la historia de este pueblo.
Así El Castell de Guadalest fue declarado “Conjunto Histórico-Artístico” en 1974. El recinto amurallado quedó sujeto a la protección genérica de los castillos españoles, según norma de 22 de abril de 1949.
En 1980 recibió la Placa de Bronce al Mérito Turístico. En 1981 se le concedió el Tercer Premio del concurso nacional de Embellecimiento y Mejora de los Pueblos de España.
Fue declarado por la Generalitat Valenciana en 1998, Bien de Interés Cultural, al serle aplicada la ley del Patrimonio Cultural Valenciano.
La Casa Orduña del Castell de Guadalest
Contrastadamente sabemos que el terremoto de 1644 fue de gran magnitud. La documentación conservada nos explica que los Orduña solicitaron construir una nueva casa arrimada a las peñas, entre éstas y la primitiva parroquia. En el año 1700 se tasó en mil libras valencianas, lo que supone un alto valor.
Las estancias de la Casa Orduña coinciden con el momento de máximo esplendor de los Orduña, encabezada por Joaquín Mª de Orduña y Antonio Torres de Orduña.
Habitualmente la decoración se basaba en los gustos de la burguesía de la época que vivia los cambios políticos de medidos del S. XIX. No hay olvidar que esta edificación siempre fue la casa grande en un pueblo pequeño, rodeada de un ambiente rural. Estando muy alejada de las ciudades de Valencia o Alicante, más vanguardista en lo que refería a la moda y las comodidades domésticas.
Distribución de La Casa Orduña
Pasamos a detallar la distribución de la Casa Orduña en el Castell de Guadalest
Sala de la entrada
La entrada de la “Casa de Orduña” se realiza a través de un sobrio arco pétreo de medio punto. Esta primera sala destaca por su amplitud, y por los arcos apuntados que soportan el techo de vigas de madera. Es de destacar este anacronismo arquitectónico: un edificio del siglo XVII con arcos ojivales . Los Orduña necesitaban esta amplia sala, como símbolo evidente de poder y de la relevancia social de la familia.
Desde aquí subimos por una pequeña escalera y accedemos a una sala que guarda las obras procedentes del concurso anual de pintura que tiene lugar en el Castell de Guadalest y que tiene como motivo el paisaje del Valle de Guadalest.
Antesala y sala de la Virgen de La Asunción
Los habitantes de la casa renovaron sucesivamente un permiso de los Arzobispos de Valencia para abrir una ventana sobre el crucero de la iglesia parroquial (derecho de tribuna) . De esta forma, desde la sala de la Tribuna asistían al culto sin salir de la Casa. La estancia existe en la actualidad, manteniendo el privilegio con un balcón sobre el presbiterio del templo.
La Virgen de La Asunción yacente
Es especialmente relevante la obra de la sala, la imagen procesional yacente que simboliza el momento del fin de la vida terrenal de la Virgen. Es una talla moderna del escultor D. José Mª Ponsoda Bravo. Había una talla anterior, destruida en 1936. La imagen siempre se ha custodiado en la casa por ser propiedad de los antiguos dueños. Los habitantes de El Castell de Guadalest y de los pueblos vecinos, celebra cada catorce de agosto y la trasladan a la parroquia donde el centro de los actos litúrgicos de los tres días de fiesta en honor de la Asunción de María.
La cocina
La disposición de la cocina es la original con los inconfundibles utensilios de cocina de tiempos pasados. La idea domina esta estancia es el agua. El Castell de Guadalest está alejado de los manantiales de la sierra Aitana. Debido a uso de fortaleza debía de estar preparada para soportar largos asedios, lo que derivó en la construcción de aljibes para almacenar el agua de lluvia. Hasta hace fechas recientes, ir a la fuente era una labor a diario. Utilizándose vasijas tradicionales: cántaros, botijos, etc. Existiendo una buena muestra en esta cocina y la despensa de todas ellas.
Otras piezas de la época son un molino ara triturar chocolate un gran mortero de mármol negro, toneles, una máquina de embutir, antiguas vajillas, ollas, cacharros de barro, etc. Existe una singular pieza de contar que tenía como función recordar que piezas de ropa y en que número salían de la Casa para ser lavadas en el lavadero público. De esta forma aseguraban que las piezas fueran devuelta. El pequeño jardín anexo está cerrado por la muralla norte. Se puede disfrutar de una espléndida vista panorámica al pantano de Guadalest y las sierras de Xortà y Serrella.
El comedor
La estancia que alberga el comedor contiene una valiosa colección de piezas de cerámica junto a las de la despensa. Con ello cabe destacar las dos piezas de manufactura de Manises con reflejos metálicos (s. XVI) y dos floreros (finales del s. XIX) realizadas con la misma técnica. El origen de este complicado proceso cerámico proviene de la antigua Persia. Esta clase de alfarería o cerámica fue importada a la Península Ibérica en tiempos de los musulmanes. Habiendo en los municipios de Paterna y Manises excelentes talleres que realizaban una contada producción para las familias nobles.
En la vitrina se guardan platos de cerámica valenciana, y otros procedentes de Alemania y Francia. Tres destacados lebrillos y algunas lacas, lucen en los muros que, junto con un plato de la vitrina, proceden de China. Todo ello es testimonio del comercio de pequeños objetos que, en los momentos en los que Las Filipinas eran una colonia española, llegaban a España desde Manila.
Jofainas siglo XVI
A principios del siglo XIV, en diciembre de 1304, el día 3 y reinando Jaime II, la familia Boil adquirió el Señorio de Manises. Tras su compra introdujo en su nueva posesión la cerámica de reflejos importada de los musulmanes de Andalucía, que en su mayoría la traían de Málaga por su alta calidad.
Los estudiosos afirman y aceptan que los alfareros del Castell de Guadalest y del resto del valle empezaron a producir la loza dorada a principios del siglo XIV. El resultado de aquella excelente alfarería gótico-mudéjar, serían los excelentes ejemplares de cerámica decorada en azul y/o reflejo metálico dorado hallado en excavaciones arqueológicas en el subsuelo de Manises.
La misma importancia tuvo la azulejería de cuya producción era de los alarifes moriscos, de la que el Museo Mucipal del Castell de Guadalest expone una variada colección de pavimentos.
La cerámica de reflejo metálico junto a la decorada en azul, darán fama europea a la producción manisiense, siendo solicitada por príncipes y pontífices.
Manises
Las necesidades de la corona aragonesa eran cubiertas con esta cerámica y además se exportaba a Francia, Italia, concretamente a Nápoles. Alfonso el Magnánimo sostenía una corte brillante y lujosa. Al ser un gran consumidor de las lozas de Paterna y Manises, hizo de Nápoles centro de influencia para todas las cortes de Italia.
También los papas Calixto III y Alejandro VI solicitaron loza y azulejería levantinas para las salas del Vaticano. La exportación aumnetó con los envíos a Sicilia, Venecia, Turquía y Chipre, incluso a Flandes y los países bálticos. Los palacios de diversas cortes de Europa se adornaban con la cerámica de Manises.
En la primera mitad del s. XX se dotó a la casa de un novedoso servicio para la recogida y distribución de agua proveniente de una de las cisternas del castillo de la Alcossaiba. Durante esta época fue dotándose a la Casa de todos los avances que en la capital del Reino se instauraban.
Sala de los mapas
Finalmente en el tour virtual tenemos la habitación a visitar en esta planta. Una pequeña pieza con tres importantes mapas impresos en París en 1706 de Hubert Jaillot. La sala sirve de acceso a las salas y alcobas visitadas. Así, cerradas las puertas por las que se comunican en la parte delantera, podían funcionar como “apartamentos” independientes de La Casa. Con ello mantenían un cierto nivel de intimidad. Es necesario recordar que los hermanos Orduña y Feliu, fueron casi todos solteros.
Salas nobles
Es característica la disposición de salas y alcobas. Como vemos así se concebía la vida privada en siglos pasados. Los muebles, lienzos, fotografías y enseres en general son los que siempre estuvieron en estas salas.
Primera Sala Noble
Comenzando por la primera sala y su alcoba, encontramos una espléndida colección de fotografías de gran formato de los miembros de la familia Orduña en el s. XIX; una antigua mesa de talla castellana sobre la que reposa una urna que contiene los restos de un crucifijo por el cual la familia sentía una gran devoción, un pequeño bargueño con incrustaciones de marfil y dibujos antiguos de origen catalán (s. XVII) y un armario-buró con espejos en las puertas. La decoración se completa con un gran espejo y un conjunto de sofá y butacas. En la alcoba, dos camas pequeñas de metal con adornos pavonados.
Segunda Sala Noble
En la segunda sala nos sorprende un espléndido bargueño con incrustaciones de marfil y carey, elementos de marquetería y un pequeño, pero interesante óleo que adorna la puerta. Podemos contemplar, fotografías familiares, un armero con armas de fuego, todas del s. XIX, y un conjunto de butacas de madera tallada. La correspondiente alcoba tiene una cama de matrimonio y un espejo tocador.
Tercera Sala Noble
En la tercera sala a visitar encontramos, juntamente con otros muebles, un conjunto de sillas, butacas y un sofá de época isabelina (c. 1850); una vitrina con delicados objetos de decoración, dos grabados del s. XIX que representan el homenaje realizado en Madrid a los héroes Daoíz y Velarde, oficiales del ejército español que el 2 de mayo de 1808 intentaron liderar la rebelión popular contra las tropas napoleónicas. Dos lienzos (finales del s. XVII) representan: «La adoración de los ángeles» y «La huida a Egipto». Las paredes de esta sala y de las salas siguientes se decoran con fotografías familiares. El archivo fotográfico de la Casa contiene más de cuatrocientas fotografías en las que están representados todos los sistemas de reproducción fotográfica del s. XIX, incluido un daguerrotipo. La alcoba tiene una cama de hierro decorada con flores.
Sala de la Tribuna
Contiene: Un lienzo del pintor D. Enrique Barcelona representando una imagen de Nª Sª de la Asunción que se venera en Elche y algunas escenas de ilicitanas del ciclo festivo asuncionista.
Un retrato del Arzobispo de Valencia D. Antonio Folch de Cardona pintado por D. Jacques Mancini, el arca en la que se guardaba la imagen de Nª Sª de la Asunción, un curioso recuerdo de Tierra Santa y reproducciones de la documentación sobre las reliquias, relicarios y cartas de hermandad que constituían un pequeño tesoro religioso propiedad de la familia Orduña.
Este tesoro, por desgracia, hoy está desaparecido en su parte material pero conservada su memoria entre los documentos del archivo familiar.
Antesala de la biblioteca
La siguiente pieza es la pequeña antesala de la biblioteca. Llama la atención: un armario con los libros, quizá, más significativos, una vitrina que guarda los elementos encontrados en el escritorio: juegos de escribanía compuestos de tinteros y talqueras, cajas de lápices, pesacartas, juego de compases, etc, y un interesante buró portátil. Las paredes se adornan con títulos universitarios de varios miembros de la familia, diplomas concedidos por S. M. Dª Isabel II y por su hijo S. M. D. Alfonso XII. En una vitrina podemos ver diversos objetos de escritorio y sobre un pedestal restos de la maquinaria de una reloj de torre.
La Biblioteca
La biblioteca es, sin duda, el conjunto más atractivo de la Casa. Con la restauración de los años 1995-98 fue dotada de los actuales armarios que guardan los libros. Originalmente, los volúmenes estaban en simples estantes de madera sin ninguna protección ni adorno; otros, descansaban sobre vasares de yeso. Se mantenían tal y como Gabriel Miró los había conocido a principios del s. XX.
Posee un total de 1265 volúmenes. El catálogo del Fondo Antiguo (1500-1800) consta de 589 fichas. Supone un total de 591 volúmenes. De ellos 262 están encuadernados en pergamino, 306 en cuero, 13 con tapas de cartón y lomos de cuero o pergamino y 10 sin encuadernar. Los libros presentan diversos formatos y formas de encuadernación. El registro de los años de edición arroja: 3 impresos en el s. XVI, 23 impresos en el s. XVII, 291 impresos en el s. XVIII y 3 impresos “sine anno”.
Contenido de La Biblioteca
La biblioteca es una herencia del pasado que habla de sus lectores, intereses, necesidades, gustos, aficiones, profesión incluso lenguas que se hablaban o se entendían, ideas que se sostenían o rechazaban, corrientes intelectuales establecidas que pretendían interpretar la sociedad, la cultura, la política, la religión, etc., o aquellas que pugnaban por establecer nuevos análisis. También enseña los elementos puramente tecnológicos, “industriales” o estéticos del soporte físico de las ideas: el papel, la calidad de la impresión, el gusto en las ilustraciones, la encuadernación, etc.
Debido a los exlibris y a las notas de procedencia conocemos la propiedad directa de alguno de los títulos o la vía de incorporación a la biblioteca. Es una biblioteca familiar con tres momentos básicos en su formación.
Aportaciones
Principalmente en el último tercio del s. XVIII, siendo el abogado D. Francisco de Paula Orduña, la persona que más libros (según los exlibris) aportó a la misma. Introdujo temas jurídicos tradicionales y otros que reflejan la efervescencia política española y europea, entre la convocatoria de los Estados Generales en Francia (8 de agosto de 1788), y el levantamiento del teniente coronel Riego en España (1 de enero de 1820).
Seguidamente en un segundo momento entraron diversos libros de carácter religioso, filosófico y clásicos latinos, procedentes de la desamortización del convento de Capuchinos de Callosa d’En Sarrià.
En el tercer momento (1850-1890) se registra literatura jurídica, reglamentos, disposiciones legales, etc.
El “libro becerro” de la familia Orduña, mapas y grabados entre ellos uno excelente del grabador D. Francisco Galvañ y Candela (Valencia 1837-1899) tomado de uno de los retratos que Goya hizo a Carlos IV.
Sala de los Reposteros ( de las banderas)
En los reposteros que adornan esta estancia campean las armas de la familia Orduña y de la familia Torres. Se utilizaban en los días señalados para engalanar los balcones. En otro armario-vitrina están todos los objetos de iluminación que se encontraron en la casa: palmatorias, candiles, candelabros, quinqués de petróleo, incluso elementos del primitivo sistema eléctrico de la Casa. La electricidad se introdujo en el valle muy tardíamente. El tendido eléctrico presentaba muchas deficiencias, los apagones eran frecuentes. Estos objetos se siguieron usando durante muchos años. Otros utensilios encontrados en la casa completan este armario-vitrina.
Árbol de Los Orduña
Concretamente la pieza más interesante es el árbol genealógico de la familia Orduña. Abarca a los miembros conocidos de la familia desde la segunda mitad del s. XVI hasta el s. XIX. Se decora con los escudos de armas usados por las familias con las que emparentaron. Este árbol ha sido pintado por D. Vicente Esparza. El artista quiso transmitir una hermosa idea: el árbol-mujer, personificación de la madre tierra. Árbol-mujer-familia como elemento nutricio y protector a la sombra del cual creció y se expandió una estirpe familiar. Esta idea se hace más explícita al colocar elementos paisajísticos del Valle de Orduña (Vizcaya), la “Foia de Castalla” y Guadalest (Alicante) con los que, generaciones de Orduñas, se identificaron durante siglos. En otro panel se presenta toda la descendencia de D. Carlos María de Orduña y Ciscar (s. XIX y XX).
En ella se sitúan dos óleos modernos que representan “La batalla de Almansa”. Batalla en la que actuó como capitán de milicias borbónicas D. Juan de Orduña y Andrés, obra del pintor D. Fausto Morillas. Dª Esperanza Asensi recreó la “Explosión de la mina” ocurrida el día 5 de abril de 170. Este suceso bélico acabó con lo poco que había dejado en pie el terremoto de 1644.
Sala de exposiciones
El Museo Municipal “Casa Orduña” ofrece al visitante una Sala Temporal de Exposiciones. Importantes artistas muestran sus obras pictóricas, escultóricas o fotográficas con el patrocinio del ayuntamiento guadalestino.
En la cuarta planta, en una pequeña salita, continúa la exposición de las obras premiadas en los concursos anuales de pintura “Villa de Guadalest”. En esta planta, la Casa está dotada de una sala de usos múltiples.
Seguidamente y por las antiguas escaleras de la Casa, descendemos a la planta baja desde donde podemos empezar la subida a lo alto del castillo.
El Castell de Guadalest
Relevante es que hasta estas fechas no hay base documentada o arqueológica. Posiblemente habitado el Valle de Guadalest anteriormente al dominio musulmán de esta parte de la península Ibérica. Este dominio se produjo tras la llegada de norteafricanos islamizados que a principios del siglo VIII, encontraron el estado visigodo en plena descomposición política. Estos musulmanes ocuparon el territorio con rapidez mediante pactos con las oligarquías locales. El valle de Guadalest formó parte de Al Andalus y se localizaría en los confines de dos “coras”. La de Xátiva y la gobernada por Tudmir en el Bajo y Medio río Segura.
Como resultado de la desaparición del Califato cordobés, Al Andalus se disulve en “taifas”, pequeños reinos dominados por caciques locales aumentando la debilidad del mundo musulmán. Debido a ello vinieron los avances de los reinos cristianos del norte. Al Andalus fue invadido por tribus fuertemente islamizadas originarias del Sahara. Intentaron recomponer el poder de la época califal sin éxito. Por lo tanto la zona, cayó bajo la influencia de la Taifa de Denia. De esta época es el castillo se poseen datos arqueológicos que confirman su edificación en época almohade.
La Reconquista
Definitivamente la importancia del Castell de Guadalest aumentó con la reconquista (1238-1245) por parte del rey D. Jaime I de Aragón. El conquistador y creador jurídico del nuevo reino cristiano, el Reino de Valencia. No tenemos datos de cómo fue esta conquista, siendo sabedores de la política de D. Jaime, referida a las tierras del sur de su nuevo reino. Sería mediante el pacto y sin ocupación abusiva de tierras. Seguramente respetando derechos y religión, y reclamando el rey la obediencia y el vasallaje debido como nuevo señor.
Respecto al Llibre del Repartiment reúne las donaciones realizadas a propietarios cristianos y enumera once alquerías musulmanas. Entrado 1248 tiene lugar la primera de las continuadas sublevaciónes de los vencidos musulmanes. El Castell de Guadalest fue una pieza estratégica enclavada en el corazón de los dominios de Al-Azraq.
El Castell de Guadalest fue objeto de atención de los Reyes de Aragón. Por su capacidad de control sobre los habitantes musulmanes, y por su proximidad a la frontera entre los Reinos de Valencia y Castilla según los tratados de Almiza.
Anexión a la Corona de Aragón
Ciertamente El Castell de Guadalest fue castillo fronteriozo hasta la anexión de las tierras de la provincia de Alicante al Reino de Valencia (1304-1306). Los reyes de la Corona de Aragón concedieron rentas agrarias a distintas familias nobiliarias, sin llegar a crear auténticos señoríos.
Durante los siglos XIV y XV fue eje de la articulación social del valle. Una minoría cristiana arropada por sus muros, tomó el control de todos los musulmanes que trabajaba tierras con escasa rentabilidad.
Bernat de Sarriá fue propietario del Castell de Guadalest y su feudo hasta su muerte acaecida en 1335. A finales de 1356 se constituyó un Señorío en la persona del Infante Don Pedro . Como conde de Ribagorza y padre de don Alfonso el Viejo, primer duque real de Gandía y heredero suyo. Pero el ducado se extinguió años más tarde por vía masculina, y una hermana del segundo duque de Gandía, esposada con un Cardona, heredó el valle.
Por ello la población siguió siendo mayoritariamente musulmana. Con los pactos de inicio se permitieron el libre culto de la religión islámica entre otras costumbres, libertad que progresivamente se fue recortando. Obviamente conocemos la existencia en la alquería de Atzeneta (topónimo del valle). Un morabito en el que existía una venerada tumba visitada por habitantes de aljamas valencianas, castellanas y andaluzas.
Guerra de la Germanías
Finalmente condiciones de vida se endurecieron, sobre todo después de la rebelión de los musulmanes de Granada (1499-1501) finalizando con la forzosa conversión y su disgregación por Castilla. A partir de estas fechas empezamos a hablar de morisco. Es decir de musulmanes obligados al bautismo. Aunque en su privacidad continuaron con sus ritos y costumbres siguiendo usando sus trajes y su idioma.
Siendo Carlos I, heredero definitivo de las Coronas de Castilla y Aragón, fue entronizado en 1517.
Debido a su ignorancia en los asuntos de sus reinos hispánicos, se enfrentó a sublevaciones en Castilla: La Guerra de las Comunidades y a la Guerra de las Germanías en Valencia y Mallorca. Por ello la rebelión agermanada del reino de Valencia enfrentó al pueblo con la nobleza en una dura y despiadada lucha. Los moriscos tomaron parte por sus señores, enfurecidos los agermanados trataron la conversión forzosa con tal de equipararlos a cristianos y dañar las rentas que ingresaban los feudales.
Conversión al cristianismo
Ciertamente tenemos conocimiento de las fechorías que los agermanados cometieron en la comarca del Castell de Guadalest. Claramente se practicó el bautismo forzoso siendo aceptado y ratificado por los altos mandatarios. Los moriscos valencianos entraron en rebeldía refugiándose en las sierras de Bernia y Espadán. Tras ofrecer alguna resistencia volvieron a sus hogares.
Con toda garantía el culto islámico y costumbres fueron prohibidos y ellos severamente advertidos, invitándolos a abandonar sus costumbres y su lengua. Paulatinamente fueron confinados a las duras tierras de las montañas interiores. La población morisca del valle de Guadalest se duplicó.
Pues bien había creado el problema morisco que perduró hasta la definitiva expulsión en el año 1609. En 1563, ante la inseguridad ,
Felipe II ordenó el desarme morisco del valle de Guadalest y de otras poblaciones.
Expulsión de Los Moriscos
Con certeza 4 de abril de 1609 se tomó el acuerdo de su expulsión. El bando del 22 de septiembre de 1609 fijando los puertos donde embarcarían hacia el destierro vitalicio, el norte de África. Los moriscos valencianos se rebelaron, haciéndose fuertes en la Muela de Cortes. Eligieron a Turigi, morisco de Catadau, como “rey”. Fue detenido y ajusticiado. Posteriormente fue elegido un molinero de Guadalest llamado Millini. El ejército real derrotó a los sublevados y, definitivamente, se encaminaron hacia su extrañamiento entre vejaciones y malos tratos.
Como resultado, este Tour Virtual documentado sobre el Castell de Guadalest, hemos conseguido un completo archivo gráfico y documental, primera y final de las intenciones de nuestros trabajos.
La preservación de nuestro Patrimonio histórico, su preservación y divulgación.
Jorge Pastor
- Nuestro agradecimiento al Ayuntamiento del Castell de Guadalest, a la oficina técnica de turismo y al historiador D.Juan Pedro Martínez Solbes, sin ellos no hubiese sido posible trabajo documental.